Si a ti te afecta una mudanza, imagínate a tu pequeño felino y su incapacidad para entender el porqué de lo que pasa a su alrededor.
La constante alteración de su hogar, el traslado y la posterior adaptación a un nuevo lugar puede tener consecuencias en su salud. Con estos sencillos consejos podrás hacer que la mudanza sea lo más llevadera posible para tu gato.
Consejos para mudarse con gatos
Los gatos son animales muy territoriales y apegados al entorno que es más habitual y conocido para ellos. Si nos encontramos en una situación de mudanza, para algunos de estos felinos puede representar una situación de estrés, nerviosismo y miedo.
La alteración de su espacio puede derivar en un cambio notorio de su comportamiento habitual como puede ser: inquietud, pérdida de apetito, constantes maullidos, estreñimiento, micción o defecación en lugares insospechados o en algunos casos, agresividad.
Antes del viaje y durante el ajetreo de la preparación de la mudanza es importante que cuides algunos tu aspectos para que tu mascota sufra lo menos posible.
Una de las primeras reglas previas al proceso de mudanza, es mantener el espacio habitual del gato con su arenero, cama, comida, agua y juguetes intacto.
También, puedes crearle un rincón donde pueda sentirse seguro, lejos del ruido de mover tus cosas. Normalmente deberá ser algo que le haga sentir protegido. Un lugar que le permita esconderse y que esté cubierto, mullido y cálido.
Algunos gatos prefieren un sitio alto y abierto, otros uno oscuro y con una pequeña abertura por la que puedan asomarse.
Si ves que tu gato no deja de alterarse con los golpes, el trasiego y el ruido, tal vez sea conveniente llevarlo a casa de alguien conocido como un amigo o un familiar.
Cuando digo “alguien conocido”, me refiero a alguien conocido para tu mascota. Si los cambios le resultan impactantes no vas a solucionar nada llevándolo a casa ajena. Al menos que sea con alguien a quien conozca y con quien se sienta seguro.
Lo mejor es dejar que se familiarice con las cajas, las bolsas y demás y que llegue incluso a jugar con ellas. Eso es normal y permite que se relaje.
Sin embargo, si le da por meterse en las cajas o corretear entre los pies de quien esté cargando cajas y no lo vea puede convertirse no sólo en una incomodidad sino en un peligro. Si es el caso, es mejor llevarlo a otro sitio antes de que alguien salga herido o lo pise.
Para trastocarle lo menos posible, lo último que debes recoger son las pertenencias de tu gato antes de irte o trasladarte al nuevo domicilio. No cambies sus cosas de sitio hasta justo antes de meterlo en el transportín.
El viaje puede ser uno de los acontecimientos más estresantes para tu felino. En este sentido, aquí tendrás varias consideraciones cruciales para trasladar a tu gato en una mudanza:
En cualquier viaje un gato no puede ir suelto en el vehículo. Si ya se monta sobre el teclado de tu ordenador y te arruina tu último trabajo, imagina lo que puede hacer para llamar la atención en el interior de un vehículo en marcha.
Existen dos formas de llevar a un gato durante el viaje: con arnés o en transportín.
El arnés es más conveniente para gatos que debas tranquilizar, que prefieran estar en el regazo de alguien o ser acariciados durante el viaje. El inconveniente es que muchos gatos odian llevarlo.
En caso de optar por el transportín puede hacer que su gato se sienta más seguro ya que muchos buscan un escondite ante cualquier amenaza. Lo mejor es hacerse con uno que esté bien refrigerado mediante rejillas, que pueda asegurarse al asiento y que esté acolchado para que sea más confortable y que le proteja en caso de frenazo o inclinación.
También puede ser recomendable que compres un empapador para mascotas y así evitar que ensucie el coche si hace sus necesidades por el camino. Un empapador es un trozo rectangular de tejido absorbente similar a lo que llevan los pañales. Podrás encontrarlos en tiendas especializadas.
Lleva contigo alguna comida o chuchería que le guste mucho para mantenerlo ocupado y acarícialo siempre que puedas para reducir sus niveles de estrés.
Conduce con cuidado para evitar sobresaltos e inseguridad. No olvides realizar paradas si el viaje es largo para que tu gato pueda comer, beber y hacer sus necesidades.
Para que tu gato vuelva a la normalidad lo antes posible, te dejo aquí algunos consejos que pueden ayudarte a conseguirlo:
Al llegar a tu nuevo domicilio, lleva todos los objetos de uso común de tu gato y habilita un espacio con sus cosas, donde se sienta seguro del ruido y movimientos de objetos mientras te acomodas en tu nuevo hogar.
Asegúrate de que tu nuevo hogar no tenga cableados eléctricos desprotegidos, ventanas abiertas o en definitiva, cualquier objeto con los que tu gato se pueda lastimar.
Sé que tienes que ocuparte de muchas cosas y que tendrás la cabeza en mil sitios, pero deberías reservar algo de tiempo para tu mascota. Juega con ella, acaríciala e intenta que su rutina habitual no varíe en exceso a lo que está acostumbrada.
Puede ser positivo, dejar que tu gato juegue con algunas de las cajas de la mudanza en su nuevo hogar. El juego reduce su nivel de ansiedad y como todos sabemos, los felinos son grandes amantes de las cajas de cartón por ser un magnífico aislante y proporcionarles refugio.
Si tu gato suele salir mucho a explorar en la calle, es conveniente que no lo dejes salir unos días antes de la mudanza. El ruido y el trajín de tu casa puede hacer que tenga ganas de alejarse o de no volver por un tiempo.
Esto también se aplica a cuando llegues a tu nuevo hogar. No dejes que tu gato deambule sólo si no conoce la zona. Podría perderse o tratar de volver a tu antiguo hogar. Colócale una chapa de identificación siempre para evitar que se extravíe.
Por lo general, si el gato es tranquilo y no arrastra ningún problema anterior, lo normal es que un gato se adapte en un máximo de una semana o una semana y media.
Para reducir el tiempo todo lo posible te recomiendo que sigas los consejos anteriores. Los gatos son criaturas curiosas y si disponen de un área nueva que explorar, es normal que se preocupen de revisar todo hueco y agujero al que puedan acceder y acaben por olvidarse de lo demás. Dales tranquilidad, aventura y entretenimiento, y verás como se acostumbran enseguida.
Existen productos calmantes en el mercado que también te ayudarán a reducir su nerviosismo. Desde difusores y gotas, hasta hierbas o feromonas que lo relajarán sin remedio. Puedes usarlos en cualquiera de las tres etapas o sólo en aquella más crítica como el viaje.
Si crees conveniente o ves que necesitas una “ayudita” con la inquietud de tu mascota, consulta con tu veterinario para que te aconseje la mejor opción.
Como veo que te preocupan tus mascotas, tal vez te interesen otros artículos relacionados como: mudarte con tu perro y mudarte con tus plantas.
Si te ha gustado lo que has visto ayúdanos a darlo a conocer a más gente:
