¿Cómo afecta una mudanza a un perro?
Mudarse puede afectar a un perro de muchas maneras. Alterar su rutina puede hacer que su comportamiento cambie, máxime cuando todavía son jóvenes y excitables.
Estas alteración de rutina puede derivar en ladridos por el ajetreo, dejar de comer, corretear sin sentido, asustarse e incluso ponerse triste, por poner algunos ejemplos.
¿Qué hacer para que tu perro no sufra durante una mudanza?
Lo primero que debes hacer es organizarte y pensar en tres escenarios, el previo a la mudanza, el viaje de traslado y al llegar a tu nuevo hogar. A continuación veremos qué cosas podemos hacer en cada caso:
Participar de la mudanza o dejarlo con alguien conocido
Algunos veterinarios aconsejan que el perro esté presente cuando empieces a embalar o a organizar tu hogar. Si se adapta a todo el trajín lo mejor es dejar que ande suelto siempre y cuando esté tranquilo y no suponga un peligro.
Cuando hablo de peligro me refiero a llevar una caja en las manos y que tu perro se cruce por debajo sin que puedas verlo. Si el trasiego de gente o de cajas lo hacen necesario, podría ser conveniente pedirle ayuda a un amigo o familiar para que cuide de tu mascota.
Con el ruido y movimiento de objetos puede alterarse fácilmente y tal vez obstaculice tu trabajo jugando con la propia mudanza. No pasa nada por separarte de tu mascota si con ello consigues cierta paz. En este sentido, lo mejor es pensar en el bienestar de ambos.
Para ellos no es fácil ver que están cambiando todo su hábitat y los objetos a los que están acostumbrados, así que tanto si le afecta como si se pone a requerir tu atención, es buena idea no hacerlo pasar por ese proceso. El día más crítico y en el que será más necesario que alguien ajeno se ocupe de él, será el de la propia mudanza.
Tu compañero te conoce mejor de lo que crees
Recuerda que siglos de crianza han hecho que los perros sean buenísimos aprendiendo a leer tu lenguaje corporal y facial. No dejes que los nervios de la mudanza alteren tu comportamiento, voz o gestos delante suya. Es muy probable que le contagies tu intranquilidad.
Un rincón cómodo y tranquilo
Si no planeas dejarlo con alguien más, habilita un espacio cómodo para él dentro de una habitación alejada del ruido y del ajetreo de mover tus pertenencias, tanto antes como después de mudarte.
Prepara una cama con algunos de sus juguetes favoritos. Si dispones de una zona exterior tal vez sea mejor idea preparárselo ahí.
En ocasiones no será necesario que cierres la puerta. Evitarás que ladre, arañe y que todavía se estrese más. No le mires, hables o le prestes atención mientras trabajas en el embalaje y la organización. De vez en cuando puedes ir a su rincón y allí (y sólo allí), acariciarlo y premiarle.
No guardes sus pertenencias hasta el último momento
Sus pertenencias, juguetes y zona de confort donde come, bebe agua y duerme es lo último que debes mover de tu viejo hogar para que el perro no sienta una comprensible confusión.
Del mismo modo, es lo primero que debes ubicar al llegar, ya que, al tener sus pertenencias dentro del nuevo hogar, el perro puede tomar esto como una señal de permanencia lo cual le facilite la adaptación.
Haz uso de golosinas y premios
Durante el desembalaje de la mudanza, y los primeros momentos en el lugar, puedes dejarle comida y premios en los diferentes lugares y rincones de tu nueva casa para que a través del olfato, tu perro la vaya conociendo y se familiarice rápidamente con ella.
Pasea el perro en la nueva comunidad
Es importante que al llegar a su nuevo hogar, pasees a tu perro por el nuevo territorio, preséntale las nuevas casas, personas y aromas de este lugar con calma y paciencia. Toma esto como una oportunidad para que también conozcas tú los alrededores de manera detallada.
Eso sí, no olvides llevarlo con correa (o arnés). Toda esta novedad puede alterarle positiva o negativamente. Si está suelto, aunque lo habitual es que permanezca a tu lado, puede emocionarse y salir corriendo para olfatear, lo que puede hacer que se pierda.
También entra dentro de lo probable que el nuevo hogar le altere y cambie su humor. Intenta tener una actitud calmada y tranquila para intentar transmitírsela.
Establece nuevas normas
Debes delimitar claramente y realizar el entrenamiento en tu nuevo hogar, para que tu perro sepa claramente cuáles son las áreas a las que tiene acceso permitido y donde estarán sus cosas. El aspecto más importante será dónde o cuándo hará sus necesidades.
Sin embargo, durante todo este proceso es muy conveniente que alteres lo menos posible los horarios de comida, juego y paseo de tu perro. Esto reducirá considerablemente sus niveles de estrés, porque no perderá la rutina de sus actividades.
Durante el proceso de adaptación, tu perro necesitará de tu paciencia y cariño. No dudes en premiarlo y mantenlo cerca de ti para que se sienta cómodo durante todo el proceso.
También debes tratar de organizar tu agenda para estar con tu perro los primeros días mientras se familiariza con todo y se adapta a su nuevo hogar.
Llévalo en el coche de manera segura
El viaje o el traslado también será un momento bastante particular. Asegúralo con los medios habituales para su transporte en vehículo tal y como indican las leyes.
Quizás sea recomendable que viaje junto a alguien. Si no conduces tú, siéntate cerca de él o pídele a algún acompañante que lo haga.
Si el trayecto es muy largo, puedes realizar paradas cada cierto tiempo para que tu perro coma, tome agua, haga sus necesidades y descanse, no olvides su correa por supuesto.
Respeta las normas de la aerolínea
Si el traslado es en avión, infórmate sobre las medidas y condiciones de cada aerolínea, cómo llevarlo en una jaula de las medidas pertinentes, el peso de tu animal, sus vacunas y su certificado de salud.
¿Cuánto tiempo tarda un perro en adaptarse a su nuevo hogar?
Normalmente no mucho. Lo habitual es que tarden entre unos pocos días a dos semanas.
Para conseguir que se adapte lo antes posible, sigue los consejos comentados arriba, crea una rutina y haz que se sienta seguro y feliz en su nuevo hogar.
Consulta a su veterinario
No olvides que, durante el proceso de mudanza, es muy conveniente consultar con un veterinario de confianza sobre qué hacer en este proceso ya que no todas las razas de perros son iguales.
Tal vez pueda orientarte con sugerencias más específicas y quizás considere darle a tu mascota algún tipo de tranquilizante para el viaje. Por supuesto, sólo en casos absolutamente necesarios.
Si sigues estas prácticas sugerencias, no tengas duda de que mudarte con tu perro no será muy difícil y que podrá adaptarse en poco tiempo a su nuevo hogar.
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