Sé que embalar muebles en una mudanza es bastante aburrido. El primer problema es sin duda el volumen, ya que incluso la mesilla de noche más pequeña puede requerir de bastante material de embalaje.
Esto puede ser muy engorroso, más aún si tenemos cierta cantidad muebles. Por esta razón, te explicaré varios puntos importantes de esta actividad. Empezaremos detallando el por qué hacerlo para finalizar con unas buenas recomendaciones.
Protege tus mueblesEmbalar los muebles para guardarlos permite proteger del daño ocasionado por la suciedad y la humedad. También al derivado por estar expuesto a las condiciones ambientales (humedad, calor...) o simplemente por el paso del tiempo en un almacenamiento prolongado.
También, durante el transporte, asegura estas posesiones de algún golpe o roce con algún otro objeto o incluso de caídas que sucedan de forma accidental. Por esta razón, la importancia de embalar radica en mantener el buen estado de tus muebles.
El proceso de embalar tus muebles es más sencillo de lo que puedas pensar, la mayoría de las personas no tienen conocimiento por dónde empezar, pero quieren hacerlo de la manera adecuada. Solamente debes ejecutar los siguientes consejos:
Antes de empezar el proceso de embalar los muebles, debes tener a la mano diversos materiales esenciales para realizar un buen trabajo. Dichos materiales son:
Realmente no es necesario hacer esto si sólo vas a transportarlos. Si es para guardarlos, sí deberías realizar este paso para conservarlos lo mejor posible.
Al embalar los muebles, estos primero deben estar lo más limpios posible. Para ello, tienes que eliminar el polvo o cualquier otra suciedad que se pueda haber acumulado.
Para realizar esta limpieza, te recomiendo tener un paño limpio y frotarlo por toda la superficie. Lo mejor es que frotes este paño de forma circular y que uses algún producto suave o especialmente indicado para ese material (cuero, metal o madera según corresponda).
En el caso de que tus muebles tengan cajones, estas deben ser vaciados en su totalidad antes de limpiarlos. Esto ayuda a que sean más ligeros de transportar y además evita dejar objetos olvidados.
Esto es sólo aplicable para esos muebles desmontables como: escritorios, bibliotecas, estantes, armarios o algún tipo de sofá que se adquieren en grandes superficies ( como por ejemplo, IKEA).
En este sentido, desarmar te ayuda no solamente transportar fácilmente, también permite aprovechar el volumen del espacio de almacenamiento. Si está dentro de tus posibilidades, te invitamos a que lo hagas.
Recuerda que después tendrás que volver a armarlos. Para ver todas las sugerencias al respecto te invito a que veas el artículos sobre Desmontar muebles.
Entremos pues ya en materia. El proceso generalmente es el mismo para todos los tipos de muebles:
Veamos algunos ejemplos comunes:
En el caso del sofá de una pieza, procede primero a proteger las patas, para ello, usa partes de cartón y fíjalas con cinta adhesiva; posteriormente, envuelve dos capas de film estirable.
Para el resto del sofá, pasa una capa de plástico burbujas o una manta, después de esto, cuida las esquinas con papel cartón. Por último, sella con el plástico estirable.
Con respecto a las sillas, también se debe seguir el mismo procedimiento.
En cambio, con los muebles desarmables, las partes grandes se cubren con una manta y se fijan con cinta adhesiva, mientras las piezas pequeñas se deben almacenar en una bolsa y posteriormente ubicar en una caja para que no se extravíen.
Si deseas guardar algún electrodoméstico, se puede empezar protegiendo las esquinas usando trozos de cartón y luego cubrir con una gran manta. Finalmente, si tienes algún colchón que quieres guardar, procede a cubrirlo simplemente con una funda plástica.
Por lo general los muebles que se embalan son por no tener el espacio o sencillamente por no formar parte del estilo que queremos instaurar en nuestro nuevo hogar. Los motivos para ello son: