Uno de los artículos más empleados para proteger los objetos durante el proceso de mudanza, es el plástico de burbujas para embalaje.
A pesar de llevar muchas décadas en el mercado, su uso se mantiene vigente en la actualidad por su fiabilidad. Después de el listado, veremos qué lo hace tan especial y por qué usarlo en tu mudanza.
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También conocido como film alveolar, el plástico de burbujas está elaborado principalmente de distintas capas de poliestireno unidas entre sí. En el momento de la unión durante el proceso de fabricación, se forman unas pequeñas cámaras de aire que son las que denominamos “burbujas” y que le confieren su principal ventaja: la amortiguación.
Además de su capacidad para absorber impactos, este plástico destaca por su resistencia y flexibilidad que lo hacen idóneo para embalar objetos y protegerlos.
A la hora de embalar tus cosas lo primero que has de vigilar es que la cara de las pompas esté en contacto con el propio objeto que debe ser protegido. La cara exterior es más resistente y tendrá un mejor uso fuera repartiendo cualquier fuerza por una mayor superficie.
La necesidad de capas para envolver un objeto dependerá directamente de la fragilidad del mismo o de las fuerzas a las que podrá verse expuesto.
A diferencia de otros materiales como el film estirable o el papel de embalar, el plástico de burbujas cuentas con algunos ases en la manga que lo hacen único. Su gran desventaja sería que añade más volumen a un artículo, pero por otro lado:
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