Una mudanza es algo a lo que nos podemos ver obligados en cualquier momento de nuestra vida y del que no podamos escapar. Detrás suya hay un laborioso y angustioso proceso de trasladar cajas, bolsas, muebles, entre otros objetos de importancia. Un hecho que puede causar mucho estrés.
Acompáñame y veamos cómo conseguir que tu mudanza sea mucho más tranquila, sin agobios ni ansiedad.
Consigue un traslado sin tensionesComencemos intentado diferenciar en qué consiste un traslado sin estrés y en qué se diferencia de otros tipos de mudanza.
A mi entender, en este tipo de cambio de domicilio el objetivo principal no es que todo sea fácil necesariamente, sino que nos cause la menor ansiedad posible. Aquí no se trata de buscar el menor agotamiento físico, sino el menor agotamiento mental.
Si esa definición se ajusta a lo que buscas te invito a que continúes leyendo y si no, vuelve a nuestra página de Tipos de Mudanza para elegir aquel que se adapte más a tus necesidades.
Antes de darte aquellos tips que te ayudarán a llevar este proceso de una manera más relajada y sin estrés, es importante que reconozcamos un par de aspectos.
Si nunca anteriormente te has enfrentado a una mudanza, es probable que te enfrentes a una situación que ponga a prueba tu carácter y ante la que es habitual sentir desamparo, miedo, tristeza y/o frustración.
Es sin duda un momento crítico en el que dejas atrás recuerdos, momentos y personas, mientras que además tienes que hacer una gran cantidad de cosas que se te harán cuesta arriba. Sin embargo, no por ello vas a pensar que todo irá mal, por el contrario, debes ver que vas a un lugar nuevo donde podrás crear un nuevo hogar, nuevos recuerdos y vivir una nueva etapa de tu vida que tal vez sea más feliz.
Es vital que aceptes lo malo para para que sepas aceptar también lo bueno. Aunque estés lejos de sentirlo así, debes empezar a ver tu mudanza como una oportunidad.
Dicho lo anterior llega el momento de ver algunas sugerencias que te permitirán lograr un traslado lo más calmado posible:
Si no quieres sufrir ansiedad organiza tu mudanza con varios meses de antelación. Normalmente con dos serían suficientes pero si te preocupa, empieza con 4 o 5 meses.
No hay nada como hacer las cosas con calma para no sentir la más mínima presión. Sin prisa pero sin pausa, aprovecha los tiempos muertos de cada día, el fin de semana o incluso de unas merecidas vacaciones dedicadas a ello.
Recuerda dejar esas vacaciones para los días inmediatamente anteriores y posteriores al traslado. Otra cosa: no olvides apagar el teléfono y no contestar a nada relacionado con trabajo. Lo único que te falta en esos momentos es estar pendiente de cosas ajenas a la propia mudanza.
Tener todo pensado, organizado y bajo control es la mejor forma de mantener el caos bajo mínimos. Usa listas de tareas y pon fechas para organizar todos tus movimientos relativos a tu mudanza y evitar errores y confusión.
Tienes un artículo dedicado a la creación de listas de tareas. No olvides echarle un vistazo para aprender algunos trucos sobre cómo crearlas y qué incluir en ellas.
Una de las formas más sencillas de tener menos problemas es simplemente deshaciéndote de ellos. No, no me refiero a una varita mágica con la que un ligero giro de muñeca haga desaparecer tus problemas.
Gran parte de la dificultad de un traslado está precisamente en transportar tus cosas. Es evidente que cuanto menos tengas que mover, menor serán tus preocupaciones.
Lo que quiero decir es que revises tu casa con tranquilidad, habitación por habitación, y que te deshagas de todo aquello que te resulte innecesario. En este sentido te recomiendo echarle un vistazo a los programas de Marie Kondo. Enseña una técnica para desechar trastos y ropa que provoca paz e incluso armonía.
Recuerda deshacerte de muebles, electrodomésticos, prendas, papeles y libros de una manera responsable en los contenedores destinados a ello. Si puedes, dona las cosas que tengan algún valor y llama a una empresa municipal que se encargue de los bultos más voluminosos.
Evita dejar cosas para última hora. Revisa tu casa y todo aquello que no vayas a usar en un tiempo mételo debidamente en una caja.
Si estás cerca de fechas de frío estoy seguro de que no echarás en falta cosas como ropa de verano, ventiladores, hamacas o sombrillas. Si haces algún viaje para firmar o revisar algún asunto en tu nuevo domicilio puedes aprovecharlo para llevar este tipo de cosas y adelantar.
Si te vas muy lejos y estás cambiando de municipio, es importante que tengas en cuenta si es necesario un permiso, una solicitud, o algún documento particular. Si contratas a una empresa puede que te brinden el apoyo para el papeleo y así no tener inconvenientes.
Contrata con tiempo los nuevos servicios de agua, luz e internet y date de baja de los antiguos en las fechas convenientes. Llama con anterioridad e infórmate para evitar malentendidos y abusos por parte de las diferentes compañías.
Si haces todo con tiempo suficiente tal vez sea innecesario contratar una empresa de mudanzas. Poco a poco puedes ir llevando tus cosas sin prisas.
En cualquier caso, si tienes muebles voluminosos cuyo traslado pueda suponer un problema, no dudes en contar con los servicios de una de estas empresas. Te facilitarán la tarea en gran medida y además, te dejarán libre para dedicarte a otros asuntos.
Si cuentas con familia y amigos pide ayuda durante este proceso, y es que, aunque te mudes a una manzana de dónde vives, será agotador hacer todo sólo/a, si alguien te puede ayudar pues ¡excelente!
Por otro lado, sería conveniente pensar si algún familiar o amigo tiene recursos que te puedan servir, como una furgoneta o disponer de los conocimientos apropiados para por ejemplo desmontar un mueble, arreglar un desconchón o poner silicona en un baño.
No dudes en pedir ayuda. La compañía, además de auxilio, también puede brindar una buena forma de incluso pasártelo bien. Seguro que os echáis juntos unas risas que vendrán de perlas en unos momentos como estos. Sé agradecido/a y recompensa con algún detalle o invitación.
Entre días de ajetreo y preparación no olvides tomarte algún descanso. Si el estrés es un tema importante para ti no dudes en tomarte unas pequeñas vacaciones de la propia mudanza.
Si no está lejos, puedes incluso hacer un viaje a la zona de tu nuevo domicilio para empezar a conocer lugares y sitios importantes. Además, podrás aprovechar para hacer un porte de cosas 😉.
A veces, a pesar de todo,algunos no somos capaces de gestionar adecuadamente las emociones durante un traslado, por ello te invito a que continúes leyendo mi artículo sobre Lidiar con la Ansiedad y el Estrés durante la Mudanza.